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Me gusta leer : Eiji Yoshikawa un gran descubrimiento de la novela histórica japonesa.

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Decía en la entrada anterior que, al coincidir el final de la relectura de alguna de las novelas de la Saga Asiática que me gustaron en su momento, con un artículo que se dedicaba a explicar el software Perplexity, decidí probarlo pidiéndole que me recomendase novelas del mismo estilo ya que me apetecía seguir con aventuras de “allende los mares”.

Me recomendó tres, “Motín en la Bounty” de John Boyne, «La tierra pura» de Alan Spence y «Musashi, la leyenda del samurai» de Eiji Yoshikawa.

Leí las dos primeras y me gustaron, no considero que sean extraordinarias pero resultaron muy entretenidas.

  • «Motín en la Bounty» de John Boyne es la historia del famoso botín que ha sido varias veces llevado al cine.

La originalidad de la novela está en que el narrador es el joven huérfano John Jacob Turnstile, quien, tras criarse en la miseria de las calles de Portsmouth, para escapar de la cárcel, se embarca en el HMS Bounty bajo el mando del capitán William Bligh.

Tras la rebelión y el motín, el libro cuenta la larga, larguísima diría yo, travesía de los partidarios del capitán desde Tahití hasta Timor donde, con algunas bajas por el camino consiguen llegar.

  • «La tierra pura» de Alan Spence cuenta la historia de Thomas Glover (Guraba-san) , un joven escocés que llega a Japón en 1858 para trabajar como mercader.

A lo largo de los años Glover se enriquece y se involucra en la cultura japonesa, llegando a ponerse de parte de los clanes que quieren derrotar al último soghün y modernizar el país, cosa que consiguen al final.

Incluye unos capítulos sobre la devastación nuclear de Nagasaki que no entendí muy bien cómo encajaban así como una tragedia amorosa un tanto forzada, pero, a pesar de ello, resulta como digo entretenida.

Eiji Yoshikawa.

Antes de comenzar con la tercera recomendación decidí documentarme sobre la novela y el autor y me di cuenta de que tenía otra novelaTaiko – que , aunque escrita posteriormente, en 1967, trataba una época del japón feudal anterior, con lo que parecía recomendable leerlo antes.

Al continuar documentándome descubrí que, además, entre ambas encajaba Shogün perfectamente.

De hecho, Eiji Yoshikawa dibuja ya en Taiko la importancia del personaje Tokugawa Ieyasu que protagoniza después Shogün con el nombre de Toronaga, lo que me lleva a pensar que James Clavell leyó Taiko antes de escribirla.

No tengo ninguna referencia de que James Clavell lo hiciera así intencionadamente, pero no me extrañaría que así hubiese sucedido.

Trilogía TAIKO-SHOGUN-MUSASHI

En efecto,

  • Taiko trata sobre la vida real de Toyotomi Hideyoshi (Taiko en las novelas) de 1537 a 1598.
  • Shogün trata sobre el ascenso de Tokugawa Ieyasu (Toronaga en la novela) después de la muerte de Toyotomi Hideyoshi hasta desembocar en la batalla de Sekigahara en 1.600
  • y la novela Musashi comienza cuando el joven Miyamoto Musashi huye de dicha batalla en la que participó en el bando perdedor , en las filas del ejército de Ashikaga.

La 3 novelas son tres verdaderos tochos, Shogün 978 páginas, Taiko 1.132 y Musashi nada menos que 1.322.

La primera, como ya he dicho, ya me la leí en su tiempo y me gustó a pesar de su tamaño; ahora me he limitado a releerla en diagonal para recordar, ayudado además por la visión de la reciente serie que consigue, creo yo, trasladar el misterio y el clima del Japón de la época.

Me pongo a leer Taiko.

Adjunto las reseñas de la novela porque es una gran novela y las merece:

Hiyoshi es un niño de familia humilde, hijo de un samurái reconvertido en granjero. Menudo y feo, todos le conocen como «Cara de Mono», siendo objeto constante de chanzas y de burlas. Pero detrás de su rostro arrugado, Hiyoshi esconde grandes virtudes: es un chico tenaz, inteligente, tremendamente persuasivo, además de poseer un descaro y una ambición insólitos. Armado únicamente con sus manos desnudas, Hiyoshi se dispone a abrirse paso en el intrincado mundo de los señores de la guerra.

Basada en la vida real de Toyotomi Hideyoshi (1537-1598), figura clave en la historia japonesa, Taiko introduce al lector en un apasionante viaje por el Japón feudal, sumergiéndolo en un trepidante desfile de hazañas épicas, batallas y expediciones militares.

Se ambienta a finales del siglo XVI, el de los últimos años del Sengoku, una época de cruentas y largas guerras civiles, y describe un tiempo decisivo, en el cual se pacificó Japón. Una hazaña llevada a cabo por los tres grandes daimyos o señores feudales, conocidos como los unificadores del país. El carismático pero brutal Nobunaga, el astuto e inteligente Hideyoshi y el paciente y maduro Tokugawa.

Eiji Yoshikawa es quizás uno de los autores que más han influido en el modo que los japoneses ven su propia historia, y en Taiko, probablemente su mejor novela, el lector occidental tiene una excelente oportunidad para conocerla con verdadero deleite.

Taiko, además, no es solo la novelización de una época y unos personajes que trazaron el destino de una nación, sino que es también una delicada representación de la vida feudal japonesa, del Bushido —el camino del samurái—, de su sentido del honor, de su intimidad, de su honda y ceremoniosa concepción de la existencia y de su arte.

No pensaba que a estas alturas iba a ser capaz de leer Taiko con sus 1.132 páginas y, tengo que reconocer que no con mucho entusiasmo, y sólo porque tenía curiosidad por ver cómo enlazaba con la novela de Clavell, me puse a leerla a ver hasta donde llegaba.

El caso es que aún sabiendo que al final Hideyoshi se convertía en el gobernante de mayor importancia de Japón, no he podido parar de leer hasta ver cómo lo ha conseguido.

Llevo un tiempo pensando cómo comentarla y no tengo muy claro qué decir salvo que me ha impactado de una manera que no sé cómo describir.

A pesar de la dificultad para memorizar los nombres de los personajes y de los lugares, me he chupado las 1.132 páginas con ansiedad y creo que me hubiese gustado que el autor hubiese continuado con la reescritura de la época de Shogün y la de Musashi.

No sé si el autor exagera o está bien documentado y realmente la forma de vivir en el Japón de la época es la que describe. Cuesta creerlo y realmente te impacta, pero al final te resulta verosímil.

  • Ese sentido del honor y de la intriga,
  • los cientos de clanes en guerra continua,
  • los constantes cambios de bando,
  • la importancia del secreto y de la información,
  • la validez de la firma de los acuerdos.

Es todo tan diferente a lo que conocemos de occidente que resulta difícil de creer que fuera así.

Desde luego esta novela, que parece que fue publicada por entregas inicialmente, es imprescindible si quieres tener una aproximación al mundo allende de los mares de la época y , como digo, resulta además de lectura muy entretenida.

¿Y «Musashi, la leyenda del samurai»?

«Musashi, la leyenda del samurai» de Eiji Yoshikawa relata la vida de Miyamoto Musashi, un joven guerrero que tras la batalla de Sekigahara se convierte en un famoso samurái. Al principio conocido como Takezo, su viaje lo lleva a encontrar un mentor en un monje que ve su potencial y lo guía en su transformación. La obra es una rica mezcla de aventura, filosofía y el esplendor del Japón feudal, presentando un profundo desarrollo del personaje y su entorno.

Miyamoto Musashi que, a pesar de ser un personaje histórico real que reunía en su personalidad varias facetas – era escritor, pintor, calígrafo, rōnin, filósofo, estratega, militar, bushi, espadachín y samurái – debido al enorme éxito que tuvo la novela, se ha convertido en parte del folklore vivo japonés y en el samurai probablemente más famoso de Japón.

No pude acabarla.

Con esta información me dispuse a leerla y ahora sé que no me equivoqué empezando por Taiko en lugar de empezar por la historia de Musashi porque, efectivamente, sólo aguanté 500 páginas del samurai antes de cansarme de sus aventuras.

Quizá lo retome más adelante, aunque lo dudo. Estaba ya un poco saturado tras Taiko y Shogün, pero, a pesar de que por lo visto es un personaje histórico, en la novela parece un personaje fantástico, sólo le falta volar y no tengo claro que no acabe haciéndolo a lo largo de alguna de las 822 páginas que me faltan de leer.

Mas libros sobre el Japón de la época.

En el proceso de consultas me he encontrado un par de referencias sobre este tipo de libros que quizá interesen a quien quiera profundizar en novelas de la época, las adjunto por si acaso.

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