Antes de seguir adelante voy a adelantar lo que considero mi propuesta para la elección del personal directivo de un área de la administración.
Lo avanzo ya porque siempre procuro poner al principio las conclusiones finales para evitar que se pierda tiempo.

Sólo aquellas personas que de entrada estén interesadas continuarán leyendo y a las demás les ahorro la pérdida de ese bien tan preciado; así que ahí va:
Mi Propuesta de profesionalización de la Dirección Pública.
Es muy sencilla.
Se reduce a que para formar parte del equipo directivo,
ya NO se pueda elegir a cualquier persona como hasta ahora,
sino,
que SI se pueda seguir escogiendo, pero sólo entre las personas que cumplan tres condiciones:
- 1.- Tener las competencias técnicas necesarias. Deberá ser funcionaria o formar parte de la administración pública, conocer bien funcionamiento de la misma y si se trata de áreas especializadas (Osakidetza, Educación, Hacienda…) , deberá tener la formación y la experiencia específicas adecuadas.

- 2.- Tener competencias de gestión y experiencia exitosa en labores directivas, es decir, debe haber homologado sus competencias y debe haber superado con éxito las etapas anteriores de una carrera profesional de gestión.

- 3.- Ser persona “de confianza” de los cargos políticos; igual que ahora, el cargo político debe poder confiar en que el equipo directivo será capaz de llevar a cabo los planes de la legislatura, ejecutar el presupuesto aprobado y mantener una relación de confianza con él.

Es decir, defiendo que la persona directiva sea funcionaria, tenga competencias homologadas y experiencia previa exitosa en otros puestos directivos o gestores y que su cargo sea de libre designación y cese.
En las entradas posteriores intentaré desarrollar cada una de las condiciones con algo de profundidad, de momento me quedo con el enunciado de la misma.
No me olvido de los Gestores – Mandos Intermedios.
Otra de las grandes lecciones que he extraído de los diversos intentos de mejora de las organizaciones públicas en los que he participado es la importancia del nivel gestor –mandos intermedios– de las mismas.
Sin su transformación de nada nos serviría tener unos directivos profesionales y competentes.

También avanzo que son parte de la solución descrita para las personas directivas puesto que éstas, en mi propuesta, deben haber recorrido previamente con éxito el nivel Gestor en todas las etapas de su carrera profesional.
Sólo quien planta Gestores y Gestoras recogerá Directivos y Directivas.

No obstante, también hay que considerar que, para que las plantas prosperen, es preciso eliminar las malas hierbas, pero eso será objeto de otra entrada.
Mis Experiencias.
La mejor (y quizá la única) persona directiva competente que he tenido como Jefa reunía las características arriba descritas, se había capacitado en gestión y había superado con éxito todas las etapas de su carrera profesional.
Recuerdo también por contra, el caso del nombramiento como director general de una persona que sabía mucho de leyes e impuestos (técnicamente inmejorable) y que pasó a dirigir a cientos de personas y decenas de jefes de servicio y sección con la experiencia previa de haber dirigido «sólo a su secretaria y cuatro más».
¿Creéis que tendría éxito?