El momento de la vergüenza.
Si hay algo en lo que creo que la mayoría estamos de acuerdo es en lo mal que lo pasamos cuando vamos a pagar después de una consulta médica privada.
El momento en que, tras darte cita para la siguiente consulta, haces la pregunta mágica:..
—¿Puedo pagar con tarjeta? Preguntas, pero sabiendo la respuesta.
—No, solo en metálico.
—¿Y la factura? Te preguntas interiormente, pero ni se te ocurre verbalizarlo.

¡¡No nos atrevemos ni siquiera a incomodar a la persona administrativa que te cobra!! El médico o la médico ni siquiera tiene que pasar la vergüenza de decirte que cobra en negro.
Encima de que muchas veces solo vas porque el especialista que te ha tocado en el sistema público no te ha convencido o porque te han dado cita para muy tarde, hay que pasar el mal trago colaborando con un fraude a Hacienda.
Para más inri, generalmente acudes a la consulta privada de una médico o médica que también trabaja en la sanidad pública, donde seguramente ha aprendido y ha cogido fama.
Echemos unos números.
Ultimamente es cierto que, en algunos casos y consultas, se puede pagar por medios electrónicos y quizá sea un tanto exagerado el planteamiento que voy a hacer, pero las facturas siguen escaseando y el control no será fácil, así que yo me pongo en la peor de las situaciones.

Por ejemplo, un médico que tuviese consulta de 3 horas tres veces por semana, que cobrase 200 € por la primera consulta y 100 € por las sucesivas y que pasase cada día 12 consultas (4 primeras y 8 segundas) debería declarar en un mes unos ingresos de:
(4x200x12) + (8x100x12) = 9.600 + 9.600 =19.200€
¿No está mal verdad? Habrá evidentemente quien trabaje y cobre menos, a mí la última consulta, hace 4 años, una sucesiva, me la cobraron “solo” a 60 €. Pero también habrá quien cobre más.
Si calculamos que paga 4.000 € de alquiler y de soporte administrativo, hablamos de unos 15.000 € al mes, que por 11 meses (uno se irá de vacaciones, me imagino) serían unos 165.000 € anuales.
Según las tablas de IRPF, si el médico del ejemplo fuese un empleado por cuenta ajena, debería pagar unos 66.000 € a Hacienda, el 40% de los ingresos.
¿Los pagará? ¿Alguien cree que cobrando como cobran en negro O SIN FACTURA, van a declarar TODO lo que ganan?
No lo hará ninguno y lo PIENSA todo el mundo, pero parece que esto está feo decirlo.
Estos días se habla muchísimo de los problemas de la sanidad y de los médicos y médicas, pero de esto nadie dice nada. Esto también es un problema.
¿De qué nivel de impuestos podríamos estar hablando?
Decía en la entrada anterior que según la Revista elEconomista Sanidad se estima que el 50% de los médicos de la pública practican la medicina privada.

Si en Osakidetza hay 6.500 médicas y quitamos a las pobres 1.500 que están en la primaria sufriendo con mucho trabajo y un único y magro sueldo, podemos suponer que 2.500, la mitad del resto, estarían trabajando en ambos sistemas y deberían generar unos ingresos a Hacienda de la bobada de
2.500×66.000= 165.000.000 €
Sí, habéis leído bien, 165 millones de Euros y no hablo de otro tipo de ingresos, por consultas e intervenciones y cirugías en clínicas privadas, porque ni me imagino de qué cantidades estamos hablando.
Y esto tampoco es todo, porque hay médicos que solo practican la medicina privada y tampoco dan facturas y también cobran en metálico. Podríamos estar hablando de otra cantidad de ingresos equivalente.
¿Nos damos cuenta de la indecente cantidad de dinero que ganan ejerciendo la medicina así?

¿Se trata de hacerse ricos a cuenta del mal funcionamiento de la sanidad pública?
¿Tan poderosos son que se les consiente?
Y es que en 40 años ninguna Hacienda, gobierne quien gobierne en las Diputaciones, parece que ha conseguido ponerle el cascabel al gato.
Nos gusta más hablar de grandes reformas fiscales, de impuestos a las grandes fortunas y a las multinacionales (es decir, de lo que depende en gran medida de otros).
Pero de conseguir que los y las profesionales y autónomos de nuestro territorio declaren lo que ganan y paguen impuestos en consecuencia, cosa que depende solo de nosotros mismos, hablamos bastante menos.
No veo que existan muchos riesgos de deslocalización por controlar las consultas de los y las médicos que ejercen en la privada, cuando todos los clientes estamos aquí.
Una oportunidad para controlar los ingresos.
Ahora, por fin, con el TicketBAI, aparece una oportunidad para poner en orden esta situación, veremos lo que se consigue.

¿Creemos sinceramente que a partir de ahora todos los profesionales y autónomos voluntariamente van a declarar todo lo que ganan y van a hacer facturas?
¿Serán capaces las Haciendas de conseguir acercarse a los ingresos reales?
Y nosotros, ¿seremos capaces de exigir las facturas?
Precisamente este sería uno de los sistemas más efectivos para acabar con la doble práctica de la medicina.

Si tuviesen que pagar como debieran pagar (como hacemos los asalariados, incluidos los jubilados) a muchos y muchas no les merecería la pena la consulta privada, son bastante ricos ya.
Por cierto, aunque no viene a cuento de lo que estamos hablando, como es de impuestos y medicina, me viene a la memoria el chascarrillo que ya he citado que circulaba hace años por las haciendas vascas refiriéndose a una de las tres: Dicen que la Hacienda de ….. está tan mala que han puesto a un médico a dirigirla. Sí, hubo un tiempo en el que un médico dirigió una Hacienda. ¡¡¡ Qué nivel Maribel!!!