La respuesta es fácil, NO.

El porqué no es mucho más difícil de contestar. Porque, como ya he dicho, el sistema público vasco carece de una estructura de gestión capaz de elaborar un plan y de desplegarlo en toda la organización.
La situación que se planteó el verano del 2020, tras el período duro del confinamiento, es un buen ejemplo que demuestra cuál es el principal problema de la educación pública, y por extensión de toda la administración pública, la falta de una gestión profesional.
Durante el confinamiento se apreciaron respuestas muy desiguales tanto por parte de unos centros respecto de otros, como de unos y unas profesionales de otras.
Los más jóvenes en general reaccionaron utilizando mejor las tecnologías y las y los más mayores, junto con los y las menos proactivas se limitaron a mandar fichas por correo electrónico en el mejor de los casos.
Pero al final y como se pudo, se acabó el curso y llegó el verano y lejos de mejorar no creo exagerar si afirmo que la sensación de abandono vivida por el personal docente durante ese tiempo fue total y muy desalentadora y fue más más evidente en el sector público que en el concertado, donde al menos se sabía quién estaba al mando del centro.
Y no tuvieron apoyo de la organización por una razón muy sencilla : porque no existía ninguna estructura organizada para gestionar con eficacia, no ya esta situación extrema, sino cualquier otra contingencia que se salga de lo normal.
Recordar para qué sirve una organización.
Recordar para qué sirve el que una organización esté organizada de cara a su gestión. Con una simple consulta del significado de gestionar obtenemos las siguientes definiciones:
- “gestionar implica ocuparse de la administración, organización, coordinación y funcionamiento de una empresa o compañía y de sus recursos humanos y económicos, con la finalidad de lograr un conjunto de objetivos concretos previamente establecidos”
- “gestionar es liderar o dirigir un proyecto, tener la iniciativa y tomar las decisiones necesarias para su desarrollo”
- “gestionar también se refiere al manejo o conducción de una situación problemática”
Cuando no tienes un plan específico que llevar adelante y la vida transcurre normalmente sin grandes problemas, no necesitas ninguna estructura de gestión, basta seguir como siempre, da igual quién esté al mando. Las escuelas llevan existiendo siglos.
Pero si de repente aparece una pandemia y tienes que gestionar una situación como la que se nos dio, ¿qué pasa? ¿quién responde?

- El confinamiento fue repentino. Sólo los profesores y las profesoras más concienciadas y preparadas, reaccionaron prácticamente a nivel individual.
- Tampoco hay porqué ocultar que no todo el mundo actuó igual.
- Los equipos directivos y la inspección y el departamento, ¿dónde estuvieron? ¿teletrabajando? ¿en los centros? ¿se comunicaban o coordinaban con sus enseñantes?
- Durante el verano tocaba preparar una complicadísima vuelta a clase en setiembre y ¿quién se ocupó de que todo estuviese a punto?
- ¿Quién estuvo trabajando y ocupándose de que cientos de centros y miles de enseñantes estuviesen listos para el inicio del curso? ¿La inspección? ¿El Departamento redactando un protocolo?
- ¿Quién se ocupó de preparar a los profesores que no habían funcionado durante el confinamiento?
- ¿Cómo se comunicaban o coordinaban los y las enseñantes de cada centro?
Seguro que todos los profesionales y equipos directivos estuvieron muy preocupados durante el verano, pero, eso sí, todos de vacaciones hasta el 1 de setiembre, esperando que “alguien se haya ocupado”.
Estoy seguro que una gran mayoría habría querido volver antes al centro para preparase, pero nadie les llamó.
Pues bien, eso que no hubo es lo que hace falta, una estructura de gestión interna bien organizada y en funcionamiento constante y no sólo en periodo escolar, que sea capaz de afrontar una crisis o cumplir un plan establecido.
¿Qué hubiese hecho falta en la Pandemia?

Para una situación como la que ha ocurrido hubiesen hecho falta varias cosas:
- Un aplicativo informático que hubiese permitido la comunicación de cada docente con sus alumnas y alumnos y familiares.
- Un Equipo Directivo profesional de cada centro coordinando telemáticamente con los docentes del centro y con otros equipos directivos de su zona.
- Debieran haber existido Equipos Directivos Comarcales coordinando telemáticamente con los equipos directivos de los centros de su comarca y con su Dirección Territorial. El Departamento de educación y las Direcciones Territoriales no pueden coordinar directamente a cientos o miles de centros.
- Cada Dirección Territorial debiera haber coordinando telemáticamente con los equipos directivos comarcales y con el Departamento.
Y todo este sistema organizativo debiera haber funcionado durante el mes de agosto para preparar dignamente una vuelta a clase en setiembre.
A setiembre de 2022, que yo sepa, nada ha cambiado. ¡¡¡Pues qué bien!!!
Total, como no va haber otra pandemia hasta dentro de mucho, no hay prisa.