Sigo con lo planteado en la entrada anterior, pero dejo para más adelante la problemática de la dedicación exclusiva y la jornada partida, para centrarme un poco en cómo imagino la distribución de los recursos especializados y su organización.

Casi toda la presión mediática y política está centrada en la atención primaria y en los centros de salud y ambulatorios cuando yo creo que el verdadero problema, cuando se trata de detectar, diagnosticar a tiempo, una enfermedad grave, reside en los y las especialistas.

Estamos otra vez ante otro gravísimo problema que alguna vez alguna administración tendrá que afrontar, el control de los ingresos de los y las médicos que trabajan en los dos sistemas,el público y el privado.

El tema de la exclusividad y el horario partido generará muchos problemas, pero tendrá que abordarse tarde o temprano si se quiere tener una sanidad de calidad.

Voy a abandonar de momento el asunto de los centros de salud y de la informática al servicio de la atención primaria para criticar otra de las cuestiones que, siempre a mi juicio, deterioran la percepción de calidad del sistema público.