A pesar de que la sanidad está más estructurada que la educación y teóricamente existen puestos directivos y gestores, estamos también ante la incompetencia en materia de gestión con técnicos haciendo de gestores y con personal directivo "de confianza".

Voy a empezar mis "cartas al director" con una cuestión que me molesta especialmente ya que, en muchas ocasiones, queremos arreglar el mundo y no somos capaces de arreglar lo más sencillo y que realmente sí está en nuestra mano. Por ejemplo cómo nos atienden en los centros de salud y ambulatorios.

Contaba en otra entrada anterior cómo se atendía en la zona de entrada de mi centro de salud, de forma tercermundista. Resulta que en mi pueblo hay otros dos centros, uno más antiguo aún que el mío y que originalmente era el único y otro inaugurado hace poco tiempo, así que me dije voy a ver cómo están las cosas.

Tuve que volver al centro de salud para vacunarme del covid y de la gripe y me reafirmé en mi primera sensación, la gestión brilla por su ausencia.

Comentaba en la entrada anterior que tenía que enterarme de cómo funciona la asignación de citas ahora porque me daba la impresión de que es un desbarajuste. Voy a intentar comprobarlo.

Voy a darme de alta en la aplicación de osakidetza en el móvil para la solicitud de citas y después de los datos de identificación me pide la fecha de nacimiento. Otra sorpresa.

La pequeña odisea que tuve que hacer para que me hagan una analítica que probablemente tenga que repetir todos los años.

Intento aportar ahora la visión que de los centros de salud tienen las personas que, según mi experiencia, tienen más conocimiento de su funcionamiento, los y las Responsables de las unidades administrativas de atención al paciente.

¿La informática ayudaría a descongestionar la atención primaria? Yo creo que sí y trataré de poner un ejemplo.

Voy a abandonar de momento el asunto de los centros de salud y de la informática al servicio de la atención primaria para criticar otra de las cuestiones que, siempre a mi juicio, deterioran la percepción de calidad del sistema público.